Los retrasos en los vuelos por falta de personal aeroportuario no conllevan compensación para el pasajero.  

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado en su Sentencia de 16 de mayo de 2024 que la falta de personal aeroportuario para la carga de equipaje puede considerarse una circunstancia extraordinaria para evitar el pago a los pasajeros de indemnizaciones por retrasos.

Llega el periodo estival y con el mismo el periodo vacacional de muchísimas personas. Un importante número de gente utiliza el avión para sus desplazamientos vacacionales y es habitual que se produzcan retrasos en los vuelos e incluso cancelaciones, lo que da derecho a los pasajeros a exigir a las compañías aéreas la correspondiente indemnización, pero no siempre esos retrasos conllevan esa indemnización.

Uno de los motivos en los que el retraso del vuelo no es indemnizable es cuando el citado retraso se produce por falta de personal terrestre para la carga del equipaje.

El supuesto concreto enjuiciado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, responde a una demanda interpuesta por una asociación a los que los viajeros cedieron sus derechos a compensación como consecuencia de un retraso en un vuelo entre Colonia – Bonn (Alemania) y Cos (Grecia) operado por la compañía TAS y que sufrió un retraso de 3:49 horas, y en la que se reclamaba una indemnización de 800,00.-euros más intereses en virtud del Reglamento 261/2004/CE.

Así las cosas, el Tribunal considera que cuando existen circunstancias extraordinarias, considerándose éstas como hechos que por naturaleza o su origen, no son inherentes al ejercicio normal de la actividad de la compañía aérea afectada y escapan de su control efectivo, no cabe indemnización para el pasajero.

En la Sentencia se incluye que la falta de personal para la carga de equipaje es una situación extraordinaria que provoca que el retraso en el vuelo no deba ser indemnizado.

No obstante, es la compañía aérea la que deberá acreditar que la falta de personal para la carga de equipaje no es generalizada, que la falta de personal escapa a su control efectivo y que no podía evitarse aun cuando se hubiesen adoptado todas las medidas razonables para evitarlo.