A la hora de adquirir un coche, el concesionario de la marca, suele ofrecer la gestión de una ayuda para abaratar la operación. Se trata de una ayuda de 750 euros denominada PLAN PIVE.Lo que no suelen explicar, es que esta ayuda tributa en la declaración de Renta del comprador del vehículo.La consecuencia es que las personas que tengan una base de renta entre 20 y 34.000 euros tendrán un coste aproximado de 230 euros y las personas que tengan una base de renta con ingresos superiores a 60.000 euros tributaran sobre los 350 euros.A Hacienda le sale el tema redondo ya que recupera aproximadamente el 30% de los 225 millones que ha aportado a las ayudas del plan PIVE 8.