La respuesta a esa cuestión es muy variada, y dependerá de las circunstancias del momento y de los objetivos buscados.

Si lo que se busca es cubrir unas excepcionales necesidades de la empresa dirigidas a un proyecto concreto, lo recomendable es utilizar figuras de colaboración empresarial, tales como Uniones Temporales de Empresa, la externalización, subcontratación, o las “Joint Ventures” (acuerdo entre empresas con un objetivo común).

Por el contrario, si el empresario necesita fondos para continuar con el plan de negocio, deberemos recurrir al denominado Socio Inversor (“Bussiness Angel”) y para ello contamos con las siguientes herramientas de financiación empresarial:

  • El préstamo participativo. Sus principales características son:
    • Existencia previa de un plan de negocio y de un análisis de su financiación, que será valorado por el inversor.
    • Dos tipos de interés: uno variable vinculado a la marcha de la empresa, y otro fijo que se estipula en el momento de la firma del contrato y que no depende de la evolución de la empresa.
    • Amortización anticipada sólo en el caso de que la empresa efectúe una ampliación de capital por el importe que se amortiza.
  • La ampliación de capital social. El socio capitalista puede invertir en la sociedad a través de una ampliación de capital, imponiendo el control de la administración de la empresa, además de las siguientes cláusulas:
    • El derecho de acompañamiento o “tag alone”: los socios minoritarios obligan al socio mayoritario que va a vender sus acciones a incorporarles en su venta, de tal manera que ellos también puedan vender en las mismas condiciones, obligando al mayoritario a comunicar que hay un comprador.
    • La cláusula de arrastre o “drag alone”: opera en el momento en que se recibe una oferta de un tercero dirigida a adquirir más participaciones de las que tiene el socio mayoritario, que podrá obligar a los minoritarios a vender también sus acciones.

 Todo lo expuesto pone de manifiesto la necesidad de un asesoramiento jurídico previo en todas las operaciones empresariales y mercantiles, especialmente si lo que se pretende es la entrada de un socio inversor en la compañía.